viernes, 16 de octubre de 2009

Nada es color de rosa


Como es de imaginarse, nada es color de rosa para las mujeres que ingresan a formar parte de las filas de nuestro Ejército Nacional; al ingresar a los respectivos cuatro años de formación, tienen que dejar todo lo que una mujer de educación superior universitaria tiene, como nos han dicho, pierden su vida social.
Por el momento solo existen mujeres que forma parte del ejército en el rango de Oficiales del Ejército, debido a que las escuelas de formación no están suficientemente adecuadas para poder suplir las necesidades femeninas, pero aunque el trato que reciben es igual, no tienen las mismas facilidades y modo de ver la vida que las mujeres en la vida civil, solo tienen libre los fines de semana, pero debido al esfuerzo físico que tienen que soportar durante la semana, solo dedican su tiempo a descansar, pero, aunque no quieran, pierden su femeneidad.
Al elegir esta vida, pierden muchas cosas, pero como supieron manifestar, lo que ganan es lo que quieren ganar. Todas entran con la ilusión de servir a la Patria y luego de logrado su objetivo, tienen en cuenta que cualquier sacrificio valió la pena. Al ver su "estrella" en el hombro, que es el distintivo, cuando ya se gradúan, de ser oficiales del Ejército; saben que todo lo que pasaron, vivieron y lo que tuvieron que renunciar esta totalmente justificado.
Y aunque en tono de broma supieron decir: "En la Escuela nada es color de rosa, solo conocemos el verde, azul y café".

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