jueves, 29 de octubre de 2009

Visto desde otra perspectiva

La vida militar sigue siendo una especie de tabú en la sociedad, esto se puede definir como que no todas las personas saben de que se trata, y para demostrarlo hice lo siguiente, el pasado fin de semana hice una pregunta a varias personas: ¿Qué piensa sobre la vida militar?, y en general las respuestas fueron: "esos pobres jóvenes viven solo encerrados", "hay eso de andar de guerra en guerra no es bueno". Y esto lo complementé con la pregunta: ¿Qué piensa de que ahora haya mujeres en el ejército? y las respuestas fueron: "Cómo se van a meter a eso las guaguas".
Esto me llevó a la conclusión de que no todas las personas apoyan la idea de que ahora las mujeres también formen parte de las filas de nuestro Ejército, ya que para algunas personas la vida militar solo se trata de guerras, no saben en realidad todo lo que encierra formar parte de esta vida.
Pero hay otra perspectiva mucho más cercana a nuestras mujeres militares: sus propios compañeros, sus subalternos, sus oficiales más antiguos.
Era muy necesario saber que piensan ellos de las mujeres que no hace mucho se incluyeron a las filas. Lo más importante era preguntar cómo se sienten "ellos" con la presencia de mujeres.
Los años que tiene nuestro ejército han sido conformandolo solamente hombres, con esto se formó ideales, visiones, que solamente iban a ser cumplidos por ellos, y en todo caso se creó un modo de vida que solo iba a ser entendido por ellos; como bien es conocido, no los dos sexos son iguales y es por esto que fue muy difícil en un inicio integrar a las mujeres, ya que algunas cosas debieron cambiar.
Fue de gran ayuda que los oficiales más antiguos cambiaran ciertas cosas, impartieran charlas a los oficiales y militares de tropa, todo esto para que puedan recibir a las mujeres en las filas, nadie niega que fue difícil, pero ahora se siente el mismo respeto tanto por hombres como por mujeres, tanto en la escuela de formación como en las diferentes unidades a las que son destinadas después de su graduación; por desempeñar las mismas funciones es mucho más fácil que se ganen el respeto, los subalternos al ver que son capaces de hacer las mismas cosas no dudan en sentir el mismo respeto y acatar todas las órdenes que se les imparta.

domingo, 25 de octubre de 2009

Mayores esfuerzos



Durante su estadía en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, las cadetes, al igual que sus compañeros, deben realizar un curso por cada año de formación para de esta forma adquirir la preparación necesaria en, si se diera el caso, enfrentamiento armado.

Después de transcurridas dos semanas de ambientación en la ESMIL, donde les enseñan instrucción formal, cómo saludar, cómo marchar, reglamento interno, reglamento de uniformes y todo lo necesario para poder llevar su formación en los años siguientes; luego de esto suben a la Base Pucará, ubicada en la parte norte de las instalaciones de la ESMIL, donde tendrán que pasar cuatro semanas donde aprenderán instrucción individual de combate, que consiste en cómo disparar todo tipo de armamento que tendrán que manejar, cómo reconocer y describir el terreno en el que se ubican en términos militares, cómo se debe utilizar correctamente el GPS y la brújula, cómo lanzar granadas y hacer cerramientos explosivos. Acabada esta fase denominada de Reclutamiento deben pasar un año normal en la ESMIL, donde recibirán clases civiles y militares al regresar de sus vacaciones de navidad y año nuevo.

Al finalizar el primer año de formación y como requisito para pasar al segundo año se debe hacer un curso denominado de Patrullas que tiene una duración de cuatro semanas donde se enseñan técnicas para patrullar las fronteras o el lugar que les sea indicado, cómo hacer retenes militares, cómo obtener información del enemigo en combate, se hacen patrullajen reales; durante esta fase tienen que trasladarse a Quevedo y Tulcán. Al regresar de este curso tienen unas merecidas vacaciones para iniciar con su siguiente año de formación.

Después de terminado el segundo año militar donde ya debían haber aprendido clases de armamento como: mortero de 90ml, fusil sin retroceso, RTG-7, morteros de 60ml, entre otro armamento menor; además de pasar las pistas de: líderes, infiltración, acción y reacción. Con estas bases se empieza el curso de Selva que tiene una duración de cinco semanas y que se lleva a cabo en el Coca, y que también sirve como requisito para pasar al tercer año de formación. Este curso es una unión de los dos cursos anteriores, pero que se debe llevar a cabo en la selva, para poner a prueba los conocimientos y resistencia de los cadetes. Después de este curso que es considerado el más difícil por el clima en el que tiene que llevarse a cabo, tienen unas vacaciones de un mes aproximadamente para después regresar a tercer año de formación.

Al finalizar el tercer año y para pasar al último año de formación tienen que hacer un curso denominado de Paracaidismo que tiene una duración de cuatro semanas que se raliza en Latacunga las tres primeras semanas y la última se trasladan a Quevedo. Durante la primera semana deberán aprender a reconocer el material y como equiparse y desequiparse de manera fácil y rápida, la segunda semana tienen que manejar el tema de rodadas y arrastres que sirven para cuando lleguen a tierra después del salto no se lesionen y cuando hace viendo y la cúpula no se apaga por vientos fuertes poder cerrarle o apagarle sin problemas; la tercera semana les enseñan conducción para poder conducir el paracaidas e ingresar a la zona de salto sin sufrir ningún contratiempo que exponga su vida y también reciben fuselage que son las órdenes que da el Maestro de Salto desde que el avión despega hasta cuando el paracaidista realiza su salto, además se realiza saltos desde la torre, donde reciben todos los conocimientos necesarios para entrar a la puerta del avión y cómo salir para que exista un salto excelante, dicha torre hace las veces de simulador de avión; y por último en la cuarta semana es aplicativa, donde se ponen en práctica todos los conociemientos hasta este momento recibidos, se realizan cinco saltos: el primero se realiza sin ningún tipo de equipamento, solamente se realiza con el paracaidas, el segundo se hace solo con el fucil, el tercero y cuarto con mochila y fucil, y el último salto se realiza de una mayor altura y con mochila y fucil.
Estos son los cuatro cursos que deben hacer las mujeres durante su formación en la escuela y que ponen al máximo su condición física, son razones como estas las que hacen que vayan ganando el respeto de sus compañeros y subalternos, no aceptan ningún tipo de privilegio o ventaja ya que hacen los mismos cursos y en las mismas condiciones que sus compañeros.

jueves, 22 de octubre de 2009

Mujeres y el Ejército ¿Compatibles?

En 1988 se producía el ingreso de la primera mujer en las Fuerzas Armadas de España, Patricia Ortega, hoy comandante del Cuerpo de Ingenieros Politécnicos con destino en la Dirección General de Infraestructuras del Ministerio de Defensa.
Se puede decir que países como Francia y Gran Bretaña ya reclutaban mujeres para el ejército desde la segunda guerra mundial, pero como se sabe no tenían los mismo derechos ni obligaciones como en el caso de España, que en este caso tuvo que romper una de sus estructuras más machistas y que al parecer estaba destinada solo para los hombres.
En España al ser el primer país en el que las mujeres ingresaron a la milicia, tiene grandes avances como es que las mujeres puedan conducir un submarino, tomar parte en un combate y hacer todo lo que hacen los hombres militares ya que un estatuto legar lo impide.
A este país le siguieron otros como Canadá, Francia entre todos los que ahora cuentan mujeres entre sus filas, pero en nuestro país a partir del año 1998 las mujeres comenzaron a formar parte de las filas militares, pero en el caso de nuestro país el ejército tuvo que sufrir grandes cambios, no en sus reglamentos porque las mujeres no quieren ni oir hablar de privilegios, no quieren ua ventaja, no quieren que se les regale nada, eso les parece algo indigno; pero el cambio que necesariamente se tuvo que dar es en el plano de la infraestructura, en los centros de formación se tuvo que cerrar por un mes la Escuela Superior Militar para poder adecuar las primeras habitaciones para las 16 primeras mujeres militares ecuatorianas.
Pero estos inconvenientes no han sido desaliento para las mujeres que hoy ya han cumplido su sueño de servir a la patria y las que están en proceso de formación; lo más importante es cumplir las espectativas que los altos mandos han puesto en ellas y, más aún, los que ellas mismas han puesto sobre ellas.

domingo, 18 de octubre de 2009

DEPORTES






Las mujeres de nuestro ejército ecuatoriano, no solo han logrado entrar en las filas de acción; sino que ahora también forman parte de los deportes que se practican, tanto a nivel de la fuerza como en competencias interfuerzas.


Tienen que dedicar gran tiempo a practicar para hacer un buen papel en sus diferentes participaciones, se a visto una gran dedicación y buen papel en deportes militares como: tiro, pentatlon militar, esgrima, entre otros. Y los deportes civiles como: atletismo y natación.




Pero todo sacrificio que realicen para pertenecer a cualquiera de estos equipos vale la pena, porque, además de todas las satisfacciones personales que pueden tener, también cuentan con las satisfacciones institucionales, como son: el trato especial en la alimentación por el esfuerzo físico que tienen que realizar, vivir en diferentes habitaciones que el resto de sus compañera, cuando están en la escuela militar integrando la compañía de deportistas; y además de todo tienen el reconocimiento de sus compañeros, ya que tienen logros que muy difícilmente otros podrán alcanzar.






viernes, 16 de octubre de 2009

Nada es color de rosa


Como es de imaginarse, nada es color de rosa para las mujeres que ingresan a formar parte de las filas de nuestro Ejército Nacional; al ingresar a los respectivos cuatro años de formación, tienen que dejar todo lo que una mujer de educación superior universitaria tiene, como nos han dicho, pierden su vida social.
Por el momento solo existen mujeres que forma parte del ejército en el rango de Oficiales del Ejército, debido a que las escuelas de formación no están suficientemente adecuadas para poder suplir las necesidades femeninas, pero aunque el trato que reciben es igual, no tienen las mismas facilidades y modo de ver la vida que las mujeres en la vida civil, solo tienen libre los fines de semana, pero debido al esfuerzo físico que tienen que soportar durante la semana, solo dedican su tiempo a descansar, pero, aunque no quieran, pierden su femeneidad.
Al elegir esta vida, pierden muchas cosas, pero como supieron manifestar, lo que ganan es lo que quieren ganar. Todas entran con la ilusión de servir a la Patria y luego de logrado su objetivo, tienen en cuenta que cualquier sacrificio valió la pena. Al ver su "estrella" en el hombro, que es el distintivo, cuando ya se gradúan, de ser oficiales del Ejército; saben que todo lo que pasaron, vivieron y lo que tuvieron que renunciar esta totalmente justificado.
Y aunque en tono de broma supieron decir: "En la Escuela nada es color de rosa, solo conocemos el verde, azul y café".

sábado, 10 de octubre de 2009

Tatiana Paola Vásquez Moncayo


Actualmente tiene 21 años, pero no pudo cumplir su sueño de ser militar.

Ingreso a la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro a los 17 años, el 3 de octubre de 2005, contando con el total apoyo de sus padres y toda su familia, inspirada en el ejemplo de sus tíos y su padre, tratando de cumplir su sueño de servir a su patria.
El mayor inconveniente que tuvo que enfrentar antes y durante su etapa de formación fue el esfuerzo físico al que debía someterse y no estaba acostumbrada. Pero dice: "no sufrí ningún tipo de discriminación por mi sexo, por el contrario a todos nos trataban por igual".

Su rutina mientras estuvo en la Escuela Militar fue: levantarse a las cinco y media de la mañana a hacer deportes, después pasaban al desayuno y formaban a las siete de la mañana, luego iban a clases, donde tenían instrucción tanto militar como civil, hasta las once; a continuación tenían que hacer deportes hasta la una de la tarde para poder pasar al almuerzo que en la vida militar se denomina rancho, para después poder pasar a clases hasta las cuatro y media de la tarde; y acto seguido volvían a tener actividades físicas, hasta que ya muy entrada la noche podían pasar a dormir.

No le fue muy difícil acostumbrarse al trato dentro de la Escuela, que era igual que a todos, tratarse por el apellido, hacer esfuerzos físicos iguales y, cuando era el caso, cumplir los castigos.
Aunque el ser militar tuvo un problema, su personalidad como mujer cambió demasiado, perdió su femeneidad, ya no hacía las cosas de acuerdo a su sexo, sino a como todos los demás las hacían, y ya no pensaba como todas las mujeres en arreglarse o cosas similares, sino que ahora tenía que esforzarse cuidadosamente y el único maquillaje que usaba era el camuflaje de colores negro, café y verde en su rostro.

Pero en el año 2007, cuando cursaba el segundo año de instrucción, quedó en estado de embarazo, y debido a las reglas que regían a la Escuela Militar, tuvo que abandonar su carrera, irrumpiendo así sus estudios. Ahora su hija tiene ya dos años, pero ella nos cuenta que desde que ingresó a la Escuela aproximadamente ocho mujeres han tenido el mismo caso, pero desafortunadamente solo tres son madres ahora, al inicio si tuvo el apoyo del padre de la niña, que también era cadete, pero ahora sufre el abandono de él, pero el apoyo incondicional de su familia.

lunes, 5 de octubre de 2009

Mujeres en la vida militar

En este blog se tratará especialmente el tema de las mujeres en la vida militar, que desde el año de 1999 se termino ese tabú de las mujeres en el ejército y se efectuaron todos los cambios necesarios para su desempeño en la vida militar.
Además se harán entrevistas a mujeres que ya se desempeñan en esta línea lo que ayudará a ver como es su vida cotidiana en el ejército y todo el reglamento al que se ven regidas, además de todas las prohibiciones que su profesión les impone para su completo desarrollo como mujeres.